sonometros from Alejandra Bueno on Vimeo.
Bandas magnéticas + lector de casetes + amplificador + metros.

Abstract — Análisis de la interfaz interactiva de la artista Alejandra Bueno. La instalación sonora propone una reflexión sobre el ego de cada uno y plantea un juego en el que el usuario adquiere el protagonismo mediante la activación y uso de la interfaz que genera sonidos y palabras que hacen referencia al “yo”. Propone una interacción individual y colectiva por lo que el papel del ego es cuestionado. La obra es una peana cuadrada con cuatro cintas métricas adheridas a tres de los laterales de ésta, los metros son usados creando una serie de sonidos mediante la elongación de las cintas. En este paper el análisis girará en torno al objeto en sí y a los niveles de accesibilidad, usabilidad e interactuación.
Palabras claves — Instalación sonora, interfaz interactiva, individual, colectivo, creación.
I. Introducción
El objeto que se ha escogido en esta instalación se asocia claramente al mundo de la construcción, y de la creación, se define como instrumento de medición que compara la cantidad desconocida que queremos determinar y una cantidad conocida de la misma magnitud, que elegimos como unidad. Fue concebido para hacer las cosas exactas basándose en un sistema métrico, diferente dependiendo de tu ubicación en el mundo. Es un objeto que expresa orden y lógica. Pero no solo se asocia a el mundo de lo industrial sino que es usado en todos los ámbitos al igual que en el arte es necesario, también lo es para un veterinario que tiene que definir cuanto mide la cola de un “marsupilami”. Actualmente todo posee unas medidas es decir un valor en función de su cantidad, se puede acotar hasta nuestro espacio vital.
Hay diferentes metros en función al ámbito al que estén adscritos, como el de carpintero o la cinta de costurera, en este caso se ha escogido la cinta métrica o flexómetro, que consiste en una cinta flexible graduada y se puede enrollar, haciendo que el transporte sea más fácil. Para ser más exactos es una cinta métrica extensible, y se construyen únicamente en acero.
Las más pequeñas son centimétricas e incluso algunas milimetradas, con las marcas y los números pintados o grabados sobre la superficie de la cinta. En general están protegidas en un rodillo de latón o PVC.
Entre algunos de los sinónimos de la acción de medir encontramos estos evaluar, valorar, contar, mesurar o moderarse, refrenarse, dominarse. Se inscribe dentro de la metrología, ciencia de la medida que actúa tanto en los ámbitos científico, industrial y legal como en cualquier otro demandado por la sociedad. Es este el punto que hace referencia a esta obra que utiliza la medición para obtener datos cuantitativos sobre el ego de la gente. A partir de esto se hablará sobre el uso que se da a la cinta métrica en este contexto, mediante el sonido.
En este texto se analizará la obra, “sonómetros”, estableciendo un marco teórico que ayude a situar esta obra y otras en las que se descontextualicen los objetos. A su vez se analizaran los aspectos generales sobre usabilidad, accesibilidad, interfaz e interactividad donde se realizará el diagrama de interacción con el usuario.
II. Marco teórico y antecedentes
“Uno de los fenómenos que se ha puesto de manifiesto en el mundo de las artes plásticas, durante la década de los ochenta, ha sido una cierta recuperación de los objetos como tema, motivo y medio de expresión. A menudo esta recuperación se ha convertido incluso en una moda.”[1]
Durante el S. XX las expresiones artísticas partiendo desde diferentes corrientes como el dadaísmo, surrealismo, minimalismo o arte conceptual han tomado como referencia el mundo de los objetos. En este caso es clave la importancia del objeto, que ya no es no es realista, no es una representación de la realidad, sino que es la realidad misma. Es un objeto realizado en serie y de un uso totalmente cotidiano, no representa nada porque es el mismo objeto el que se expone ante el público. Esto supone un enorme cambio: se pierde la autoría, el virtuosismo, el trabajo manual y la recreación de la realidad. En realidad el artista se burla todo esto y reta a la sociedad. El primero en descontextualizar un objeto cotidiano y convertirlo en arte por su propia voluntad fue, como todos sabemos Marcel Duchamp con su famosa “Fuente”.
Desde el mundo del diseño se produce otro fenómeno distinto o podríamos decir inverso. Los diseños de objetos parecen carecer de funcionalidad o queda muy reducida. Se tiende más a valorar lo estético y cargarlo de carácter decorativo antes que funcional, carácter que queda subordinado. Lo bonito prima ante lo práctico, esta forma de ver las cosas pertenece más, a una sociedad elitista que obrera., pero también tiene que ver con la acción artística y llevar a cabo un proceso más experimental.
Estos dos fenómenos, han desembocado en un territorio indefinido y de límites confusos que coloca a muchos objetos en una posición imprecisa, inestable y contradictoria entre el mundo del arte y el del diseño. Un terreno en el que aquello que Baudrillard llamó «cultura del simulacro» consigue el protagonismo principal.
La cultura del simulacro ha supuesto ideas, imágenes así como objetos que responden a necesidades políticas, económicas y sociales para objetualizar y visualizar aspectos más bien intangibles de las relaciones sociales. En palabras de Baudrillard, “no se trata ya de imitación ni de reiteración, incluso ni de parodia, sino de una suplantación de lo real por los signos de lo real, es decir, de una operación de disuasión de todo proceso real por su doble operativo”. [2] La saturación de todo tipo de esculturas que hemos acontecido durante los últimos años, anteriores al “ready-made” y que aun vivimos, provoca esta utilización del objeto.